Al parecer el fotógrafo alegó que las fotos “desaparecieron” de su ordenador mientras intentaba hacer la copia de seguridad. El juzgado ha establecido una multa de unos 8.000 euros, divididos entre gastos derivados de repetir las fotos y una indemnización por daños morales, considerando que el fotógrafo en cuestión fue negligente en la gestión de las imágenes.
Desconozco el caso concreto de este fotógrafo, pero está claro que un evento tan importante para el cliente (supuestamente una ocasión única en su vida) hay que tratarlo con mucha precaución. Aunque nunca he hecho nada de este tipo, así de primeras, se me ocurren precauciones efectivas para evitar estos percances:
- No formatear las tarjetas de memoria, hasta asegurarse de que se han descargado correctamente al ordenador y haber hecho backup del mismo
- Si nuestra cámara tiene dos ranuras de tarjeta, podemos usar una de las tarjetas de respaldo, para tener siempre dos juegos de copias
- Usar tarjetas de memoria con Wi-Fi o el Wi-Fi integrado de nuestra cámara si lo tuviese para hacer copia en el momento directamente a nuestro equipo portátil.
Hay muchas opciones y podemos elegir la que más se adapte a nuestro flujo de trabajo, y a nuestro bolsillo, pero lo que es importante es asegurarse dos veces antes de borrar nada, de que tenemos copia y nunca relajarse con las copias de seguridad.
Más información | Xatakafoto | El Economista
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