domingo, 6 de noviembre de 2011

[Sudáfrica-Mozambique] Día 5: Skukuza - Lower Sabie

Repetimos jugada. Madrugón desayuno ligero, en la carretera a la 6 de la mañana y vuelta a Skukuza a desayunar en condiciones y recoger los bártulos a eso de las 10 de la mañana para dirigirnos al siguiente campamento con las fuerzas renovadas.


En general un día menos productivo en lo que a animales se refiere que el anterior, pero con un par de experiencias interesantes. La primera, una parada en un hide junto a una pequeña laguna, que tenía el aparcamiento limitado a 8 coches, aparcamiento por llamarlo algo porque era una explanada minúscula sin ningún tipo de valla, con lo que había que andar como 10 metros desde el coche hasta la entrada sin protección alguna. Nos lo tomamos como un desembarco militar porque nos gusta hacer el tonto, pero la realidad es que no tuvimos sensación de peligro en ningún momento.
El hide estaba prácticamente en silencio, apenas se oían los crujidos de las maderas del suelo bajo nuestros pasos y algunos susurros de vez en cuando comentando algún animalillo. Sobretodo pudimos ver una gran variedad de aves, aunque también pudimos ver un cocodrilo y un hipopótamo echando la siesta junto a un par de pájaros. Nos dieron un poco de envidia en ese momento un par de fotógrafos súper equipados con unos objetivos del tamaño de un niño pequeño, pero solo pensar en cargar con semejante peso durante 3 semanas, se nos paso la envidia.


Nuestra segunda experiencia del día tenía algo en común. Comimos en lo que el mapa marcaba como picnic, muy cerca donde el día anterior se habían avistado varios leones. Al llegar nos encontramos un merendero con una gran explanada para aparcar, y una zona arbolada con mesas y bancos para comer, algunos de ellos bajo un techo de paja construido en torno a un gran árbol que le servia de soporte. También había una tienda-cafetería-restaurante que tenía una barbacoa fuera donde cocinaban carne de kudu y cosas así, que desgraciadamente no pudimos probar porque llegamos demasiado tarde y se había acabado casi todo.

En general se nota bastante que los animales mas que acostumbrados a la presencia de los humanos, incluso los pajarillos que hay cerca de los campamentos y las zonas de picnic, son de lo más descarados y no dudan en lanzarse en tromba sobre la mesa cuando te levantas de ella para ver que se pueden llevar a la boca.

Después de reponer fuerzas emprendimos camino nuevamente. Esta vez el paisaje era distinto, mas seco y con menos vegetación porque nos alejabamos del río, aunque eso nos permitió subir a una colina y bajarnos nuevamente del coche para relajarnos un rato en un mirador.
Vimos pocos animales antes de llegar al campamento, tan solo una jirafa vieja y solitaria y un avestruz muy lejana... bueno por supuesto vimos bastantes antílopes de distintas especies, pero es que ya los teníamos a todos muy vistos.

Casi llegando a Lower Sabbie, hicimos nuestra última parada. Según las normas del parque esta prohibido bajarse del coche excepto en los puntos autorizados (picinics, hides, campamentos...) y los puentes. Esta norma nunca la entendí, pero bueno parecía divertido y no había peligro alguno así que aprovechamos para estirar las piernas.


Ya en el campamento de Lower Sabie nos dimos cuenta de por que es el más solicitado. La terraza con vistas al río es una pasada al atardecer, no es que este plagada de animales, pero había unos cuantos hipopótamos,  cocodrilos y algún búfalo. La idea era haber comprado carne y hacer la famosa barbacoa, pero entre que era un engorro y que en la terraza se estaba tan bien, acabamos cenando en ella.