viernes, 27 de enero de 2012

[Sudáfrica-Mozambique] Día 6: Lower Sabie - Marloth Park

Decidimos que por fin iba a ser el día en que no madrugaríamos tantísimo y quedamos a las 10 para desayunar tranquilamente y disfrutar de la terraza de Lower Sabie una vez mas. Una vez desayunados y listos para partir nos acercamos al mapa de la zona para ver que animales se habían avistado en las cercanías, donde tuvimos la suerte de encontrarnos con un hombre que justo estaba poniendo un imán de color rojo que indicaba que había leones a menos de 2 kilómetros del campamento, justo el único de los Big Five que nos quedaba por ver.
Le preguntamos por los leones y nos contó una historia increíble que nos hubiera encantado vivir. Resulta que el hombre había visto un leopardo subido a un árbol con algún tipo de antílope que acababa de cazar y una manada de leones no había parado hasta que se lo había conseguido arrebatar. Después el leopardo se había quedado en el árbol mientras los leones se comían al antílope al otro lado de la carretera. ¡Que envidia nos dio!
En cuanto estuvimos listos para salir fuimos al encuentro de los leones haciendo una fugaz parada en una charca llena de todo tipo de animales. Supimos que estábamos llegando al lugar cuando vimos desde lejos al menos una veintena de coches agolpados en un pequeño tramo de carretera. Había tantos coches que, en algunos puntos había cuatro coches ocupando el ancho de los dos carriles de la carretera.
Nos costo un buen rato de maniobras entre los coches llegar a una posición desde la que ver a uno de los leones con tranquilidad, hasta que por fin llegamos a ver un macho que debía estar comiendo por los movimientos que hacia, aunque los matorrales nos tapaban su comida.Un animal imponente a pesar de ser un león mas bien delgado.




Después de un rato dejamos el hueco a otro coche y volvimos a la charca para ver con calma todos los animales que estaban allí bebiendo. Había una gran variedad de animales, casi todo aves y herbívoros, a excepción de los cocodrilos. Como casi siempre, la mayor parte de las aves no teníamos ni idea de lo que eran.




Llegó la hora de abandonar el parque Kruguer y nos dirigimos hacia la puerta situada mas al sur, crocodille brige, desde la que emprendimos camino a Nelspruit, no sin antes hacer unas fotos a un gracioso grupo de cebras que nos encontramos por el camino. Tienen un comportamiento muy peculiar, se pegan las unas a las otras como estrategia de defensa frente a los depredadores de manera que estos no sepan donde empiezan y acaba cada cebra y les parezcan mas bien un único gran animal.



La idea era dejar el coche alquilado en Nelspruit por ser la oficina de Hertz mas cercana a la frontera con Mozambique, a pesar de que nos pillaba en dirección totalmente opuesta y nos obligaba a coger un autobús que tardaba algunas horas. La cuestión es que por papeleo, seguridad y dinero (son mas caros los alquileres en Mozambique incluso que en España) decidimos no llevar coche en Mozambique.
De camino paramos a comer en un área de servicio que tenia también una oficina de turismo y aprovechamos para preguntar por alojamientos económicos en Nelspruit y el bus a la frontera. La chica se extrañó de que fuésemos hacia atrás y le explicamos nuestro problema con el coche. Nos pregunto por la agencia y después de un par de llamadas nos dijo que un amigo suyo acababa de abrir una agencia de Hertz en Marloth Park y su hijo alquilaba bungalows a un precio bastante razonable en el mismo parque que estaba situado a medio camino entre crocodille bridge y el paso fronterizo lo que nos ahorraba unos 200km ese día y otros 300 al siguiente, y ademas nos proporcionaría transporte a la frontera por un pequeño recargo. Por si fuera poco nos dijo que había bastantes animales sueltos por el parque por estar tan cerca de Kruger, todos herbívoros, eso si. No hubo dudas, sonaba perfecto.
Una comida rápida comprada en el supermercado (yo probé una especie de empanada de Kudu que estaba decente) y volvimos unos pocos kilómetros sobre nuestros pasos para seguir en dirección a la frontera de camino a Marloth Park cuya entrada daba directamente a la carretera principal.
El parque tenia muy buena pinta y al poco de entrar una jirafa cruzó la carretera justo por delante del coche que nos precedía. Nos pusimos a gritar como críos.



También aprovechamos a echar gasolina en unos surtidores con forma de elefante y de jirafas, pero lo que de verdad llamaba la atención era que el precio que aparecía en ellos no era el precio final, había que multiplicarlo por 2 ya que el espacio reservado para el precio por litro se había quedado pequeño debido a la gran inflación que ha sacudido Sudáfrica causada por el mundial de fútbol de 2010.
Para llegar a la casa que habíamos alquilado para pasar la noche tuvimos que abandonar el asfalto y conducir por unos caminos de tierra bastante estrechos y empinados. Por un momento pensamos que se iba a complicar el camino sobretodo por el tamaño de nuestra furgoneta pero finalmente llegamos sin problema. Mientras esperábamos a que llegase la mujer que nos tenia que dar las llaves y explicar las cosas pudimos ver un Kudu a menos de 10 metros y no parecía asustarse demasiado de nosotros por lo que pensamos en dar un buen paseo por la noche a ver que mas animales podíamos encontrar. Al llegar la propietaria la propietaria nos convenció rápidamente de lo contrario, ya que nos contó que es bastante habitual ver hienas por allí, y por si fuera poco, hay una reserva de leones pegada a Marloth Park y a veces salen a dar un paseo. Así que decidimos pasar a ver el bungalow y cocinar la cena allí tranquilamente, en parte para ahorrar  algo de pasta y de paso para descansar un poco de tanto madrugón y coche. Cuando nos enseñó el bungalow, mas que un bungalow, aquello era un chalet en toda regla con tres habitaciones, una de ellas con bañera de hidromasaje, un gran salón, cocina americana totalmente equipada, una pequeña terraza arriba, pero lo mejor era la terraza grande de la plata baja con una gran barbacoa de ladrillo, un circulo de piedra para hacer una hoguera y una pequeña piscina redonda como la de las películas americanas que, al ser invierno, estaba tapada con una red. Incluso había un par de bebederos de hormigón pensados para acumular agua de lluvia para que se acerquen los animales a beber. Impresionante, el mejor alojamiento de todo el viaje y no fue el mas caro, salió por unos 20€ por persona y noche.
Nos sentó muy bien el descanso en la casa, cocinamos, nos bebimos unas cervecitas en la terraza e incluso usamos la bañera de hidromasaje.

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