jueves, 9 de septiembre de 2010

[Viaje a Vietnam] Dia 2: Hanoi

ViaUna vez hubimos aterrizado en Hanoi, compramos un par de tarjetas SIM para poder comunicarnos entre nosotros, poder hacer reservas por teléfono y de paso estar localizables para cuando nos llevasen los equipajes, e intentamos sin éxito reclamar de nuevo en las oficinas de Aeroflot, pero una vez mas no había nadie. También cambiamos algo de dinero, yo concretamente cambié 200€ y me dieron como 5 millones de dongs, me sentí millonario por unos instantes llevando millones en la cartera.

Nos estaba esperando un minibús que habíamos contratado con el backpackers para que nos llevara hasta allí en previsión de que sería un viaje duro, y cuando salimos con el conductor al aparcamiento nos llevamos una buena impresión con el calor y sobretodo con la humedad, pero mas fuerte fue la impresión que nos dejo el tráfico de Hanoi. Apenas hay coches en la ciudad, bueno en general en todo Vietnam hay más bien pocos en comparación con las hordas de motos que invaden las calles, casi todas ciclomotores de 125cc semiautomáticos sin embrague que dejan una mano libre, para fumar, hablar por el móvil, sujetar al niño o cualquier cosa que se quiera transportar y todas pitan aleatoriamente para informar a los demás vehículos de su presencia o su próxima maniobra, las normas de circulación son meramente informativas, los semáforos no se respetan ni las líneas continuas, los cedas, los pasos de cebra… en general cada uno va a su bola, pero lo mas curioso es que van tranquilos, no hay broncas ni discusiones, si quieres adelantar, solo pitas y adelantas que ya te harán un hueco para que entres, da igual que venga otro de frente.
La nota negativa del paseo del aeropuerto al backpackers, estuvo cuando pasamos al lado de un accidente de coche en el que un Toyota se había empotrado detrás de un camión. Aunque Carlos saco a relucir su extremo optimismo de nuevo diciendo "me quedo mucho mas tranquilo, las barras de la estructura del Toyota aguantan" (él tiene un Toyota también), claro que él no llego a ver la sangre en el interior del parabrisas ni, el asiento del conductor reclinado del todo con alguien tumbado en él.

Llegamos al backpackers, nos registramos, dejamos las 4 cosas que llevábamos y decidimos que lo mejor para aclimatarnos al calor y la humedad de Hanoi era aprovechar los últimos minutos de hora feliz (2x1) en el bar de la azotea donde pedimos 6 cervezas de medio litro por 60.000 dongs, que vienen a ser unos 2 euros y medio. En 2 minutos estábamos empapados de sudor.

Una vez nos hubimos aclimatado un poco a la ciudad, decidimos salir de compras a por lo imprescindible para salir del paso unos cepillos de dientes, pasta, algo de ropa interior, alguna camiseta… esas cosillas. Al salir a la calle nos encontramos una ciudad con mucho tráfico de motos, mucho ruido, y bastante gente por la calle… con mucha vida en general. Las aceras de Hanoi están invadidas por motos aparcadas y pequeñas mesas de plástico que no levantan ni medio del suelo con sus correspondientes taburetillos de un palmo de altura, algunas de ellas son de pequeños restaurantes y/o cafeterías y otras son de los vecinos, pero el caso es que apenas queda sitio para andar por las aceras y muchas veces hay que andar por la calzada. Las calles invadidas por las motos, se antojan imposibles de cruzar para un occidental, pero observando a los autóctonos es fácil adivinar el método; simplemente hay que cruzar, despacio a un ritmo constante, sin pararse, sin correr, simplemente cruzar y ya se apañaran las motos para esquivarte aunque pasen a 20 cm. de ti, no pasa nada es normal. 


Después de toda la tarde de compras, se acercaba la hora de cenar y ya empezábamos a estar todos cansados y por si fuera poco con el descontrol de comidas y horarios a Sara dio una bajada de azúcar, así que nos metimos en el primer restaurante que vimos a cenar, un sitio con terraza en la 1ª planta en una zona muy turística. Cenamos unos noodles y la cena nos pareció más o menos barata, aunque mas adelante nos daríamos cuenta de que no había sido especialmente barato.


Después de cenar nos fuimos al backpackers pero como eran solo las 8 y pico o las 9 de la noche, demasiado temprano para acostarse si queríamos hacernos al horario de Vietnam, así que pasamos por el ultramarinos de al lado y compramos unas cervecitas que nos tomamos en la entrada del backpackers, donde había unos sillones de mimbre bastante cómodos. Casi nos quedamos dormidos a mitad de la cerveza, llevábamos ya más de 48 horas en movimiento sin pasar por una cama así que en cuanto nos las acabamos, nos subimos a la habitación que estaba helada, pero al ser compartida con otras 6 personas, no se podía cambiar la temperatura del aire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario