Nos levantamos tempranito para esperar al guía que nos tenia que venir a buscar al hotel, pera llevarnos al puerto de Ha Long en un minibús que tardo como 2 horas en llevarnos, con una parada en un centro de compras para turistas (en medio de la nada, por supuesto) incluida. Durante el viaje, nos dieron una buena noticia, nos llamaron desde el backpackers para decirnos que habían recibido una llamada de la Thai diciendo que al día siguiente llevarían las maletas, aunque no estaban seguros si se las iban a dar sin el papelito de la reclamación, pero seguía siendo una buena noticia porque en el peor de los casos simplemente nos tendríamos que acercar al aeropuerto a por ellas. Lo importante era que ya podíamos planificar el viaje a Sa Pa y que Sara tendría sus tiras medidoras para el parato del azúcar.
Ya en el puerto de Ha Long, el guía nos dijo que le esperásemos en la puerta principal, que estaba abarrotada de turistas de todo tipo que buscaban un barco, esperaban a su guía como nosotros o simplemente estaban de paso hacia su embarque. Como el hombre tardaba nos entretuvimos un poco mirando los puestos de alrededor, compramos un bote de gel, que no teníamos y Sara y Rox miraron los sombreros cónicos típicos locales, e incluso se los probaron hasta que Andrés se dio cuenta que tenían como puntitos negros que, mirados de cerca, tenían toda la pinta de piojos así que no los compraron, evidentemente.
Casi media hora después de habernos dejado, volvió el guía para llevarnos a una pequeña barcaza que nos llevaría a nuestro barco ya que los barcos grandes no atracan en el puerto si no que sueltan el ancla mas o menos cerca y suben y bajan los pasajeros de esta manera. Según nos acercábamos al barco nos dimos cuenta de que no tenía precisamente unos meses de uso como nos habían vendido, estaba ya mas bien viejillo, no es que estuviese mal el barco, pero no era lo que nos habían vendido y cuando nos dieron las habitaciones, tampoco eran las habitaciones del folleto así que Sara se lo comento al guía quien llamó a la agencia y después de que Sara hablase con la señora agencia y esta pidiese hablar con el guía de nuevo, este nos enseñó el mismo folleto que habíamos visto en la agencia, donde nos dimos cuenta que en realidad si que era el mismo barco, aunque las fotos tendrían ya unos cuantos años y la habitación que nos habían enseñado en el folleto era una mejor que las que teníamos pero solo había 2 iguales en el barco, así que nos habían puesto en las normalitas para que tuviésemos los 6 habitaciones iguales y juntas, que también estaban en el folleto pero o bien no nos las habían enseñado, o bien no les habíamos prestado atención. Obviando el tema de que nos hubiesen vendido la moto, en general el barco estaba bien, las habitaciones no estaban mal y la comida era buena y abundante.
La primera comida nos la sirvieron nada más subir al barco y asignarnos las habitaciones y mientras comíamos, el barco inició su ruta hacia la Bahía de Ha Long de manera que en cuanto terminamos de comer pudimos subir a cubierta a disfrutar del peculiar paisaje que ha hecho de este un lugar reconocido por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Toda la bahía esta salpicada de islotes de distintos tamaños y formas que parecen flotar sobre las aguas de color turquesa del mar de China y rebosan vegetación a pesar de su superficie aparentemente rocosa que además esta llena de grietas y grutas dando a los islotes un aspecto similar a esponjas.
A pesar de lo interesante del paisaje, todos nos quedamos un poco decepcionados por la sobreexplotación turística que sufre la zona, la cantidad de barcos turísticos es mas que excesiva y eso repercute en la calidad del agua que en algunas zonas tenia basura flotando, manchas de combustible, y demás porquería que no veíamos. Es tal la explotación que cuando el barco esta parado, se acercan pequeñas barcas que te venden bebidas frías e incluso algún souvenir. Es una pena, pero al ritmo que van, pronto tendrán que tomar medidas duras o el turismo se cargar la zona por completo.
Una vez en la bahía como tal nos bajaron del barco para visitar una gran cueva de la que no recuerdo el nombre y hacer un rato de piragüismo por la bahía y el pueblo flotante de Ha Long. La cueva tenía un tamaño impresionante respecto a la isla que la alojaba (mas bien parecía que la isla entera estuviese hueca) aunque echamos de menos que nos contasen algo mas acerca de su creación ya que el guía se dedico mayormente a enseñarnos las rocas y estalactitas que se parecían a animales o personas, con excepción de una leyenda sobre un menda que era un mujeriego y que fue castigado por los dioses en la cueva. El piragüismo lo hicimos al lado de la cueva, en unas "casas" flotantes que había cerca nos dieron piraguas dobles, chaleco salvavidas y las palas para remar y nos soltaron para que diésemos una vuelta circular de 45 minutillos pasando por un islote y el pueblo flotante para volver de nuevo a las casitas flotantes donde nos esperaba la barcaza que nos llevaría de vuelta al barco.
A eso de las 5 de la tarde estábamos de vuelta en el barco y mientras llegaba la hora de la cena, el barco nos llevo a una zona más despejada donde nos dijeron que podíamos nadar si queríamos. En un principio ninguno de nosotros tenia intención de meterse en el agua por la cantidad de mierda que habíamos visto en ella durante todo el día, pero Andrés se pico cuando un catalán que iba en el barco con nosotros se lanzo al agua diciendo que se iba a bañar para poder decir que se había bañado en la bahía de Ha Long, y con esas al agua que se fue él también y como Sara es culo veo culo quiero, pues se fue detrás.
Por la noche no hicimos demasiado, teníamos ganas de ver las estrellas pero había demasiada nube (en general no vimos demasiado sol durante el viaje en barco), así que nos limitamos a subir a la cubierta después de cenar a relajarnos jugando al mentiroso con los dados con unas cervecitas fresquitas, mientras veíamos las luces de los barcos que nos rodeaban y oíamos sus desafines con el karaoke.
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