Los vuelos a Sydney no son nada baratos, algo comprensible teniendo en cuenta que son en torno a las 24 horas de vuelo sin contar las escalas. En nuestro caso decidimos pagar un poco más (menos de 100€ extra por billete) para volar con Emirates por 2 razones. Por un lado tiene es una compañía con muy buena fama respecto a los servicios a bordo que ofrecen y calidad general, y por otro lado era la compañía que ofrecía las escalas mas cortas (que en caso en nuestro caso debía suponer una única escala en Dubai) y por tanto menor tiempo total de viaje.
Evidentemente, no hay vuelos directos Madrid-Sydney, ni por autonomía de los aviones ni por rentabilidad para las compañías. Casi todas las compañías hacen al menos una escala en un aeropuerto grande, normalmente el que usan de base de operaciones internacional, y muchas vuelos además hacen otra escala que a veces es una escala más y otras es tan solo una parada técnica para repostar.
En un momento dado nos planteamos la posibilidad de parar en algún lugar intermedio de camino para no estar tanto tiempo seguido volando y de paso conocer más sitios de camino
Subimos a un Boeing 777 de Emirates destino Dubai el sábado a eso de las nueve de la noche y nos dimos cuenta rápido de que habíamos hecho una buena elección. El espacio entre asientos es generoso, el sistema de entretenimiento a bordo bastante completo y el menú sonaba bastante apetecible.
Durante el vuelo vimos algunas películas, comimos bastante bien y acompañamos la comida con vino tinto (un Rioja crianza bastante majete por cierto) y echamos alguna cabezada. El sistema de entretenimiento a bordo, nos informó además de la puerta de embarque del vuelo a Sydney, lo que da más tranquilidad a la hora de hacer el transbordo, sobretodo porque las pantallas ponían la primera parada, Bangkok.
Teniendo en cuenta que nuestro equipaje iba directo a Sydney, hora y media de escala en Dubai, fue más que de sobra para hacer el cambio de avión a pesar de tener que cambiar de terminal. El pequeño tren que une las terminales, similar al que va a la T4 satélite en Barajas, es bastante rápido y eficaz. Se nota que en Dubai hay dinero, es un aeropuerto muy moderno y bien montado.
En el siguiente vuelo, Dubai-Sydney también en un 777, nos llevamos la única sorpresa desagradable de todo el vuelo y es que hicimos escala en Bangkok. Una escala de lo más tonta, porque había que bajar del avión, pasar el control de pasaportes, pasar el equipaje de mano por rayos con escáner corporal incluido y volver a subir al avión para sentarse en el mismo asiento, presuntamente debido a la normativa tailandesa. El resto del vuelo igual que el anterior, cómodo, con buena comida y esta vez, con vino australiano.
Tras 26 horas de vuelo con escalas y después del cambio horario (+10horas), aterrizamos en Sydney el lunes a eso de las 9 de la mañana.
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